Luces azules para prevenir el suicidio y humidificadores

En un par de estaciones de metro en Estocolmo han instalado luces azules y te cuento el problema que tenemos en Suecia con la falta de humedad en invierno.

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Muy buenas, soy Dani. Hoy es sábado, y como es costumbre, aquí estamos Rico y yo disfrutando de un paseo nocturno. Aunque hace un par de días nevó, las temperaturas han subido ligeramente y ya casi no queda ni rastro de nieve o hielo. Por una parte se agradece, ya que así evitamos resbalones y caídas, aunque he de admitir que esta mañana, grabando con Rico, el paisaje nevado tenía su encanto.

Pero hoy no vengo a hablar del tiempo, sino de dos temas muy distintos pero importantes en mi día a día aquí en Estocolmo: la prevención del suicidio mediante luces azules y mi nueva obsesión con los humidificadores.

Luces azules: Un salvavidas silencioso en el metro

Últimamente, yendo al trabajo, me he fijado en un detalle curioso en la parada de Zinkensdamm (la anterior a Mariatorget, donde suelo bajar). Al final del andén, he notado unas luces azules bastante intensas. Lo mismo me ocurrió hace poco en la estación de Bredäng, a las afueras de Estocolmo.

Al verlas, sentí que esa luz me reactivaba un poco, así que decidí investigar. Resulta que es una prueba piloto que se está llevando a cabo en Estocolmo en colaboración con el Karolinska Institutet y el Instituto de Prevención del Suicidio (con quienes, por cierto, colaboré produciendo unos especiales sobre el tema).

¿Por qué luz azul?

La idea viene de Japón, donde estudios previos sugieren que instalar luces azules en los extremos de los andenes puede ayudar a prevenir suicidios. Parece que este tipo de iluminación tiene un efecto calmante y disuasorio.

Además de las luces, en muchas estaciones ya han implementado cambios en el suelo —pinturas y diseños específicos— que psicológicamente te invitan a no permanecer en esas zonas de peligro. Si sumamos a esto la iluminación azul, se crea un entorno donde la gente tiende a no quedarse parada.

> Importante: Si alguna vez ves a alguien en una situación de riesgo o con actitud de querer quitarse la vida, no te cruces de brazos. Al igual que ayudarías a alguien que se cae o tiene un accidente de coche, aquí también hay que reaccionar y ofrecer ayuda.

Espero poder contactar pronto con el Dr. Daniel Friedman para que nos dé más detalles sobre los resultados de este experimento en una futura producción.

Calefacción vs. Salud: El dilema de la humedad

Cambiando radicalmente de tema, hablemos del aire de casa. Aquí en Suecia, con la calefacción centralizada a tope para mantenernos a 23-25 grados, tenemos un problema serio: la sequedad.

Cuando el aire exterior a -10ºC entra en casa y se calienta, su humedad relativa cae en picado, a veces hasta un 10%. Esto provoca piel seca, garganta irritada y facilita la dispersión de virus y bacterias. Por eso, tener un humidificador no es un lujo, es una necesidad.

Tipos de humidificadores (y por qué casi todos me convencen poco)

* Vaporizadores (hervidores): Como los de la marca Vicks. Hierven el agua.

* Problema: Consumen mucha energía y, si el agua tiene cal, requieren limpieza constante.

* Ultrasónicos (gotitas): Vibran a alta frecuencia para crear una neblina. Son eficientes, pero...

* Problema: Lanzan al aire todo lo que tiene el agua, incluidos minerales y cal. Mi purificador de aire se vuelve loco cuando enciendo uno de estos porque detecta "partículas sucias". Estás respirando ese polvo blanco.

* Evaporativos (filtro + ventilador): Para mí, el mejor sistema. Un filtro se empapa de agua y un ventilador hace circular el aire a través de él. Es natural, autorregulado y el aire sale limpio.

* Problema: El precio.

He visto modelos grandes (para 10 litros) que cuestan 300€, y otros más básicos por 150€. Me parece una burrada pagar eso por un cubo de plástico con un ventilador y un filtro de papel.

Mi próximo proyecto DIY: Fabricar un humidificador

Como no estoy dispuesto a pagar esos precios, he decidido construirme el mío propio aprovechando la impresión 3D.

El plan es el siguiente:

* Usar filtros estándar fáciles de conseguir (Amazon, etc.) que cuestan unos 10€ y duran toda la temporada.

* Diseñar una carcasa impresa en 3D (limitada a cubos de 25cm por mi impresora, así que tendré que hacerlo por partes).

* Incluir un ventilador silencioso y, quizás, un sensor hackeado para que el ventilador siga funcionando hasta secar el filtro por completo cuando se acabe el agua (vital para evitar moho).

El objetivo es crear un dispositivo eficiente, fácil de limpiar y barato (quizás por unos 50€ de coste material). Si sale bien, podría ser una solución genial para cualquiera que viva en climas fríos como Suecia, Noruega o Finlandia.

Mudanza a la vista

Y para cerrar, contaros que estoy a solo dos semanas de mudarme al nuevo apartamento. Ya tengo las cajas listas en la oficina y unas ganas tremendas de empezar esta nueva etapa.

Os iré contando cómo avanza el diseño del humidificador y, por supuesto, más cosas sobre la vida en Suecia.

¡Un fuerte abrazo de parte de Rico y mía! Nos escuchamos muy pronto.