El viaje de la salsa Sriracha: orígenes, receta y la verdadera salsa original

El viaje de la salsa Sriracha: orígenes, receta y la verdadera salsa original
Foto Daniel Aragay

La salsa Sriracha se ha convertido en un condimento de culto en las mesas de foodies y amantes de la cocina tailandesa de todo el mundo. Su sabor picante, ligeramente dulce y ácido aporta un toque inconfundible a infinidad de platos, desde sopas hasta mariscos. Sin embargo, pocos conocen la historia detrás de esta salsa y las diferencias entre la auténtica Sriracha tailandesa y las muchas imitaciones que se han propagado globalmente. En este reportaje exploramos los orígenes de la salsa Sriracha, su receta tradicional, la historia de su expansión mundial y por qué es importante elegir las versiones originales hechas en Tailandia, elaboradas con el chile auténtico que le da su carácter único.

Fuente: Wikimedia Maps

Orígenes tailandeses: una salsa nacida en Si Racha

La historia de la salsa Sriracha nos lleva a la costa de Si Racha, un tranquilo distrito en la provincia de Chonburi, Tailandia, hacia la década de 1930. Allí, una cocinera local llamada Thanom Chakkapak creó una salsa picante casera para acompañar mariscos y pescados frescos. Su creación resultó tan deliciosa que pronto comenzó a embotellarla y venderla bajo el nombre de Sriraja Panich, en honor a su ciudad natal. Esta fue la primera salsa Sriracha comercial del mundo, sentando las bases de la receta y el sabor que hoy asociamos con este condimento.

Según los relatos históricos, Thanom Chakkapak ideó la salsa en 1940 para ofrecer a su familia y amigos una nueva forma de realzar el sabor de los platos de marisco típicos de la región. La salsa tuvo gran acogida entre sus vecinos, convirtiéndose rápidamente en un producto popular en Si Racha. De hecho, Sriraja Panich se consolidó como la salsa de chili más vendida en Tailandia durante años. En 1984, la compañía de Chakkapak fue adquirida por la empresa alimentaria tailandesa Thai Theparos, que mantuvo la receta original y amplió su producción. Gracias a ello, Sriraja Panich se distribuye hoy en todo el país y se exporta a decenas de países alrededor del mundo, llevando "el sabor de la original" a nuevas audiencias.

Cabe destacar que la salsa Sriracha pudo haber tenido influencias previas: algunos historiadores sugieren que Chakkapak se inspiró en salsas de ajo y chile de origen cantonés que inmigrantes chinos introdujeron en la zona décadas antes. Sea como fuere, el legado de Thanom Chakkapak perdura como piedra fundacional del Sriracha. Su marca Sriraja Panich es considerada la auténtica salsa Sriracha original y todavía hoy ostenta ese título en Tailandia.

La receta tradicional: chiles tailandeses y equilibrio de sabores

Uno de los secretos del éxito de la Sriracha original radica en su receta tradicional y en la calidad de sus ingredientes. A diferencia de muchas salsas picantes monodimensionales, la Sriraja Panich fue concebida para lograr un equilibrio armonioso de picante, ácido, dulce y salado. Los ingredientes básicos son sorprendentemente sencillos: chiles rojos, ajo, vinagre, azúcar y sal. Pero es la preparación y la procedencia de esos ingredientes lo que marca la diferencia.

En Tailandia, la salsa se elabora con variedades locales de chile rojo especialmente cultivadas para este fin. En particular, la receta original emplea un tipo de chile rojo pequeño y picante originario de Si Racha (conocido en inglés como “goat pepper”), caracterizado por tener frutos rojos uniformes, piel lisa y un nivel de picor notable. Estos chiles se fermentan y maduran durante al menos tres meses antes de mezclarlos con el resto de ingredientes, con el objetivo de extraer su máximo sabor. La propia Sra. Chakkapak, según cuentan sus descendientes, llegaba a tomarse hasta tres meses para preparar cada lote, añadiendo vinagre progresivamente cada semana para que la mezcla adquiriera profundidad y complejidad. Tras esta fermentación lenta, se incorporan ajos tailandeses (previamente encurtidos durante 7 días, según la receta tradicional), azúcar de palma o caña, vinagre destilado y sal marina. El resultado es una salsa de textura moderadamente líquida, color rojizo intenso y sabor multidimensional: picante pero también ligeramente dulce, con un toque ácido y salino perfectamente equilibrados.

En sus inicios, la Sriraja Panich original tenía una consistencia más líquida y un perfil más avinagrado, similar al de la salsa Tabasco. Esto la hacía ideal para usar como salsa de mesa o dip, especialmente para mariscos a la parrilla o fritos, donde unas gotas realzaban el sabor sin opacar el ingrediente principal. Con el tiempo, los tailandeses empezaron a usar esta salsa no solo con mariscos, sino también para acompañar tortillas (omelettes) y ciertos platos callejeros. Incluso se llega a mezclar en la salsa de algunos Pad Thai para aportar un matiz picante-sutil al conjunto. Esta versatilidad, unida a su perfil de sabor equilibrado, convirtió a la salsa Sriracha en un elemento infaltable de la cocina local.

Otro punto a favor de la receta auténtica es su pureza: no lleva colorantes, conservantes ni potenciadores artificiales. Todo el picante, color y sabor proviene de ingredientes naturales cuidadosamente seleccionados y procesados con métodos artesanales transmitidos por generaciones. En palabras de la marca original, Sriraja Panich siempre ha puesto énfasis en emplear ingredientes de primera calidad y mantener “el sabor de la original”, sin atajos industriales.

La expansión global: del gallo de California a las copias internacionales

Paradójicamente, la salsa Sriracha se dio a conocer mundialmente no a través de la versión tailandesa, sino gracias a una interpretación creada en Estados Unidos. A finales de los años 1970, David Tran, un empresario de origen vietnamita, emigró a California escapando de la guerra y pronto echó en falta las salsas picantes de su tierra y de Asia. Tran conocía y apreciaba la salsa Sriraja Panich original (la usaba regularmente para condimentar sus comidas), así que decidió crear su propia versión en Los Ángeles, tomando la receta tailandesa como inspiración. En 1980 fundó la compañía Huy Fong Foods y comenzó a producir su salsa, inicialmente apodada "salsa del gallo" por el logo de gallo rojo en la botella.

Sin embargo, es importante señalar que no todas las salsas Sriracha son iguales. Aunque compartan un perfil de ingredientes similar, la elección del chile y el método de elaboración marcan profundas diferencias en el sabor final. Los habitantes de Si Racha que han probado la salsa Huy Fong de EE.UU. suelen opinar que, si bien “no está mal”, carece de la sutileza de la salsa original de su pueblo. La Sriracha californiana tiende a ser más gruesa y enfocada en el golpe picante, mientras que la Sriracha tailandesa (Sriraja Panich) es más líquida, suave en textura, y equilibra delicadamente el picor con notas dulces y ácidas. El propio David Tran reconoció esa diferencia al afirmar orgullosamente: “No es una salsa Sriracha tailandesa, es mi salsa Sriracha”. En otras palabras, la versión occidental se convirtió en otra interpretación de aquella receta original de Si Racha.

La popularidad global de la salsa Sriracha ha sido tal que ha trascendido el ámbito culinario para convertirse en un fenómeno cultural. El logo del gallo de Huy Fong adorna camisetas, gorras y todo tipo de merchandising alrededor del mundo, y la salsa es venerada casi como un objeto de culto por millones de personas. Se organizan festivales en su honor y ha protagonizado documentales y libros de cocina. No obstante, el auge de Sriracha también ha enfrentado desafíos recientes: en 2022-2023, por ejemplo, la producción de Huy Fong sufrió escasez de chiles jalapeños debido a problemas climáticos, provocando una falta de stock y precios disparados en varios países. Este episodio llevó a muchos consumidores a buscar alternativas, revalorizando otras marcas –incluidas las tailandesas– para saciar su apetito por el picante.

¿Por qué elegir la Sriracha original de Tailandia?

Con tantas versiones de Sriracha disponibles, ¿qué tiene de especial la Sriracha original tailandesa y por qué vale la pena buscarla? Para los puristas y apasionados de la gastronomía, la diferencia comienza en el chile utilizado. Las salsas Sriracha hechas en Tailandia emplean los mismos chiles locales con los que nació la receta, mientras que muchas de las copias extranjeras utilizan variedades distintas (por ejemplo, jalapeños en EE.UU.). Este detalle es crucial: el tipo de chile define el carácter de la salsa. Los chiles tailandeses aportan un aroma y picor particular, más brillante y afrutado, que difiere del perfil de un jalapeño maduro. Además, la receta tradicional tailandesa respeta esa fermentación lenta de los chiles, lo que desarrolla matices de sabor más ricos y complejos que difícilmente se logran en producciones aceleradas.

Otra razón para decantarse por las Srirachas de origen tailandés es la fidelidad al equilibrio gustativo original. La Sriraja Panich y otras marcas tailandesas suelen buscar la armonía entre picante, dulce, ácido y salado, tal como lo concibió Chakkapak hace ocho décadas. En cambio, algunas versiones industrializadas pueden inclinarse más hacia el dulzor excesivo o el picante agresivo, perdiendo esa complejidad. Si bien la Sriracha de Huy Fong ha demostrado su mérito como salsa versátil y sabrosa, quienes han probado lado a lado la americana y la tailandesa notan que el sabor de la original es más refinado. “La salsa de Tran pica y punto, mientras que la nuestra tiene más profundidad”, podría resumir la opinión de muchos locales en Si Racha. Esa profundidad proviene de ingredientes tradicionales (como el ajo encurtido y el azúcar de palma) y de un proceso artesanal transmitido de generación en generación.

Por último, elegir la Sriracha original tailandesa es también un acto de conexión cultural. Significa disfrutar de la salsa en su contexto auténtico, tal como fue creada para acompañar la culinaria tailandesa. No es solo una cuestión de sabor, sino de historia: al abrir una botella de Sriraja Panich, se está saboreando un pedacito de la tradición de Si Racha, la misma salsa que entusiasmó a vecinos y viajeros en Tailandia mucho antes de convertirse en fenómeno global. Para los amantes de la cocina tailandesa, esto añade un valor cultural a la experiencia gastronómica, acercándolos a las raíces de un condimento legendario.

En conclusión, la salsa Sriracha es hoy un condimento internacional, pero sus orígenes humildes y auténticos siguen vivos en cada botella producida en Tailandia. Conocer su historia –desde la receta casera de Doña Thanom Chakkapak hasta la masificación a manos de David Tran– nos permite apreciar las diferencias entre la Sriracha original y sus imitaciones. Ya sea que la degustes con unos mariscos frescos al estilo de la costa tailandesa o sobre unos tacos fusión en occidente, cada gota de Sriracha lleva consigo una rica herencia culinaria. Y si buscas la máxima autenticidad en sabor y tradición, vale la pena elegir una Sriracha “Made in Thailand”, hecha con el chile adecuado y el respeto por la receta original que convirtió a esta salsa en una leyenda. ¡A tu salud (y picor)!